La tristeza es una emoción de la que nadie quiere oír hablar. Hasta ahora yo también era de esas personas, pero, me he dado cuenta de que, gracias a ella se puede aprender mucho.
La tristeza es una emoción que te lleva a recogerte. Si te fijas en tu corporalidad cuando estás triste te darás cuenta de que tu cuerpo se recoge, como si quisiera esconderse y mirar hacia dentro de ti.
Aprovecha este momento para descubrir esa energía que te da la tristeza y reflexionar sobre ella. Puedes sacar de ella conocimiento y aprendizaje, te ayudará a conocerte mejor y a valorar aspectos de la vida a los que quizás antes no les prestabas atención.
Otro aspecto importante que debes tener en cuenta con la tristeza es que aproveches este momento para descansar y volver a cargar las pilas. Te lleva a “tu cueva” y te invita a que entres en ella.
Cuando me siento triste, lo primero que hago es desahogarme y sacar todo lo que tenga que sacar en ese momento. Primero detecto que me siento triste, después reconozco esa tristeza, su intensidad, acepto que me siento triste y que no es malo sentirme así y por último lo expreso.
Recientemente ha fallecido uno de mis tíos y, de su muerte, también he sacado muchos aprendizajes y he vuelto a ser consciente de sentimientos y emociones que a veces se esconden y que en mi día a día no las veo.
El día que le ingresaron, sentí muchísima tristeza. Al principio creía que era por él, pero cuando reflexioné sobre ello me di cuenta de que me sentía triste porque sabía lo que les venía después a mi tía y a mis primos.
Analiza las emociones que hay detrás.
¿Para qué ha venido? ¿Qué me quiere decir? ¿Cómo me hace sentir? ¿Me ayuda sentirme así? ¿Cómo quiero sentirme? ¿Qué hago con lo que he aprendido de ella?
Siempre digo que tenemos que disfrutar de cada momento que vivimos con las personas que queremos. Y algo muy importante que aprendí, cuando falleció mi padre, es que no se te tiene que quedar ningún te quiero en el tintero.
El día del tanatorio la tristeza que sentía era por la pérdida, porque no iba a poder disfrutar más de su compañía, de sus chistes, de su sonrisa… y ese día me tomé la tarde libre y estuve reflexionando sobre ello. Me di cuenta de que estos últimos años no había estado con él lo que me hubiera gustado. Fustigarse no sirve de nada, sólo para dar paso a la culpabilidad.
La culpabilidad es un sentimiento que también tiene un aprendizaje detrás, pero no nos ayuda a avanzar. Hacemos las cosas como mejor creemos y, si no ha habido mala intención en ello, no es justo para nadie sentirse culpable.
Analiza ese sentimiento de culpabilidad: ¿Para qué ha venido? ¿Qué me quiere decir? ¿Cómo me hace sentir? ¿Me ayuda sentirme así?
Y una vez hecho el análisis sigue hacia adelante y no te sientas culpable.
La culpabilidad te enseña a reaccionar. Por ejemplo, a quedar más veces con la gente que quieres, a reforzar todavía más mi idea de que no se pueden perder los te quiero por el camino, a sonreír y disfrutar de los momentos que te regala la vida.
Y después de todo esto te preguntarás, ¿y cuál es el tesoro que hay detrás de la tristeza?
Para mí el gran tesoro que hay detrás de ella es el aprendizaje que puedes hacer si la escuchas y la aceptas. Te va a ayudar a conocerte mejor, a no tener miedo a sentir tristeza, a descansar y recargarte de energía, a serenarte…
Si no te enfrentas a la tristeza y no transitas por ella, ésta se te puede enquistar y no te va a dejar avanzar. No va a dejar que te sientas libre.
También es cierto que en la gestión de las emociones es muy importante que te respetes y te trates con amabilidad. No te fuerces a transitar por la tristeza ni por cualquier otra emoción si no te apetece o no te encuentras con fuerza.
Si ves que no puedes y te cuesta puede que la meditación o el mindfulness te ayuden. Aprender a respirar bien te puede ayudar a serenar tu mente y a poder acercarte poquito a poco a esas emociones que no te gustan tanto.
Y recuerda que este proceso, la aceptación de tus emociones, la superación de un duelo o trabajar cualquier otra cuestión que te preocupa es más fácil en compañía, bajo la facilitación de profesionales. El coaching individual es una opción muy interesante porque te dotará de herramientas y recursos útiles para ahora y cualquier otra situación difícil que vivas en el futuro.
Contacta conmigo y te informo de las sesiones de coaching individual presencial u online.
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